martes, 18 de septiembre de 2012


Antes, comprarte una berlina Mercedes era echarte unos cuantos años encima; ahora, con el nuevo C, disfrutas de la marca de la estrella, con todas sus virtudes, que es lo mismo que decir prestaciones, comodidad, fiabilidad, imagen y modernidad, lo cual obra el milagro de rejuvenecernos.
La versión denominada 320 que va equipada con un motor de 6 cilindros en V de 218 CV y 3,2 litros de cilindrada; es decir, prestaciones fulgurantes, con un coste en consumo que en ciudad se eleva a los 15 litros, pero en la media ponderada no rebasa los 11 litros, y cierto aire deportivo, gracias fundamentalmente al perfil de sus neumáticos y al bonito diseño de sus llantas, pues el resto del coche mantiene las bonitas y elegantes líneas del resto de modelos.
Confort de marcha
El coche, debido a las suspensiones, tiene un comportamiento dinámico inmejorable, permitiendo exprimir el excelente motor en carreteras reviradas y devorar largas distancias por autopistas con un grado de comodidad difícilmente superable. La verdad es que el equilibrio entre el confort de marcha y la dureza del tarado de las suspensiones es inmejorable; además, y para los que gusten de las emociones fuertes y sepan controlar, bastará con desconectar el ESP (control de estabilidad) para contravolantear en curvas y corregir las derivas de la zaga; también entonces comprobaremos la calidad y resistencia de los frenos, dosificándolos con sabiduría gracias al magnífico tacto del pedal.
Desde luego, los frenos del C, que en todo momento se muestran enérgicos y contundentes, son un seguro de viaje en un vehículo que alcanza tan alta velocidad. La dirección, con un tacto muy suave, es típica de la marca; nos cansaremos en un viaje por cualquier motivo menos por el accionamiento del volante; su precisión es magnífica y resulta muy ágil en carreteras secundarias y segura y aplomada al pisar la chancleta sin piedad.
Cambio automático preciso
Primero por su extraordinario manejo y segundo por su precisión, disponiendo además de dos programas de funcionamiento, uno de tipo estándar y otro de marcado carácter deportivo. En cualquiera de los dos casos, su manejo es impecable.
Habitáculo de placer
El interior del C con acabado Avantgarde dispone de un sinfín de detalles para hacer la vida a bordo cómoda y placentera, como por ejemplo el climatizador, reglaje manual de los asientos delanteros, ordenador de viaje, elevalunas y espejos exteriores eléctricos y un largo etcétera. También dispone de otros elementos menos indispensables, pero que facilitan la conducción, como, luces con mando automático, limpiaparabrisas que se activan al llover, etc. Y todo con materiales de la más alta calidad y perfectamente ajustados y montados. Por lo que respecta a la posición al volante, es muy buena y los asientos resultan cómodos, recogiendo correctamente el cuerpo, aunque los ocupantes de las plazas traseras viajan algo justos.
Este es un coche para familias jóvenes que no renuncian a la deportividad de conducción, al placer de llevar un Mercedes, a la imagen que les da una marca de prestigio y, por supuesto, a la calidad. Claro que poseer un vehículo con una estrella de tres puntas en el morro tiene un precio, y en la marca alemana no es precisamente poco, por el contrario, a la hora de venderlo lo pagan como ninguno debido a su menor devaluación. Tal vez ha llegado el momento de poner una estrella en nuestra vida.